Papás y mamás, sois el ejemplo.
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- Última actualización: 16.01.19
- 16.01.19
- Por Pedro
¿Alguna vez te has parado a pensar por qué las personas seguimos haciendo las mismas barbaridades generación tras generación? ¿Por qué nos quejamos una y otra vez de que nos falta educación y que no sabemos comportarnos pero nada cambia? La respuesta es simple: porque seguimos haciendo lo mismo de siempre.
Son increíbles las barbaridades que escuchamos en los campos de fútbol. Perpleja me quedo al oír retahílas de insultos, ofensas o improperios que se puede llegar a decir. Éstos se acompañan, por supuesto, de gritos, voces y como no, gestos nada respetuosos. Y da igual quien esté delante: si hay niños de otros a tu alrededor, está el tuyo sobre tu regazo o incluso a quien gritas es a otro niño, pero está muy justificado porque es el rival de tu hijo. Ya sea en deporte base o profesional, nos creemos con derecho a exigir y a criticar, a juzgar sin tener un conocimiento real de causa, sin saber qué pasa por la cabeza de ese entrenador o de esos jugadores, a evaluar actitudes o comportamientos, porque claro… como soy un aficionado tengo todo el derecho del mundo. Y luego nos quejamos de que nuestros propios hijos son unos maleducados y nos llaman de todo cuando no damos nuestro brazo a torcer.